Preparados desde pequeños para hacer frente a un siniestro.

En el momento del terremoto un centenar de alumnos japoneses se encontraban en Salamanca realizando un curso que duraría varias semanas. Estos recibieron un mensaje de texto de sus tutores, cuando ocurrió el siniestro, en el que se les informaba y se les pedía que contactaran con sus familias.

La mayoría se encontraron aliviados ya que sus familias residían en las localidades de Nagoya y Kioto, a unos 600 u 800 kilómetros de la región de Tohoku, la mas golpeada por el seísmo. Tuvimos la oportunidad de conocer como se preparan ante estas eventualidades, ya que, aparte de terremotos y tsunamis, Japón es blanco en verano de numerosos tifones que traen temporales de lluvia y ráfagas de viento.

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Los profesores llevan consigo en todo momento teléfonos moviles, asi como cualquier tipo de contacto con las autoridades universitarias que permanecen en Japón. Los alumnos por su parte también adquieren moviles de prepago para mantenerse en contacto con ellos en todo momento, prueba de ello es que en pocas horas dejaron sin apenas existencias las tiendas de telefonía movil en la parte antigua de Salamanca.

Un joven que se encontraba en Salamanca conto a el periodico El MUNDO, que antes de salir de la universidad de Japón, se realizón un simulacro, al principio pensó que era de verdad pero al coprobar que el suelo no se movía  se percató de que solo se trataba de una prueba.En Japón, los lugares públicos están obligados a tener un sistema de altavoces con sirenas de alarma y mensajes de precaución y a verificar su funcionamiento con regularidad.

La universidad, según la joven, realiza el primer año un cursillo de orientación en el que se repasa el protocolo a seguir en caso de catástrofes. "Los profesores indican las áreas designadas como refugio y dan una serie de consejos para que estemos preparados, especialmente si hemos dejado el hogar y estamos viviendo solos», indica. Entre estos consejos se incluye asegurar las estanterías a la pared y no colocar en éstas objetos pesados que podrían caer encima de los moradores en caso de que se produzca un seísmo fuerte.