Al final del discurso de Zapatero se ha producido un fuerte y enorme aplauso por parte de todos los miembros de su partido.En su intervención final, para responder a un gran número de socialistas que han realizado preguntas, ha dicho que su decisión será positiva para las elecciones autonómica y municipales, y que no tengan miedo ante las primarias a las que solo el PP puede temerlas.
Los barones han agradecido que Zapatero aclare por fin su futuro y han demostrado su respeto ante la decisión de no seguir en la candidatura. Sin embargo han mostrado su afán en ganar las elecciones del 22 de mayo, y para ello deben aplazar cualquier polémica interna relativa a las primarias. Los barones que hasta entonces han mostrado incertidumbre, desconcierto y cierto malestar al no saber nada de lo que hasta entonces diría el presidente.
La incógnita se despejaría esa mañana, pero solo cinco personas estaban al tanto de lo que realmente ocurriría. El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, habría comunicado su decisión a Manuel Chaves, presidente del PSOE, José Blanco, vicesecretario general, Alfredo Pérez Rubalcaba, vicepresidente primero del Gobierno, y Marcelino Iglesias, secretario de Organización, todos ellos comprometidos a no contar nada.
Ha habido quienes como los presidentes de Andalucía, José Antonio Griñán, o de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, han ratificado que habrían apoyado al líder del PSOE si hubiera decidido seguir.
Otros, como el presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, se han mostrado contentos por una decisión "coherente" con sus convicciones; el lehendakari, Patxi López, ha instado a sus compañeros a adoptar una decisión acertada para elegir "lo que suma y lo que no divide".
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