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viernes, 29 de abril de 2011

Ni que la muerte nos separe.

El principe Guillermo ahora goza de la compañia en su vida de la mujer a la que ha estado amando desde la adolescencia, Catalina Middleton, siendo a partir de estos momentos es su alteza real la Duquesa de Cambrige, unidos en matrimonio en una ceremonia grandiosa en la abadia de Westminster.

"Acordaos de lo que es importante en la vida, y sed generosos", les ha pedido el obispo de Londres, Richard Churches, el mismo que ofició el funeral de Lady Diana, madre del principe fallecida en un accidente de coche en 1997. Solo la Kate portara anillo de casada, imitando asi el estilo del abuelo de Guillermo.

El principe la recibia con el uniforme de la Guardia Montada Irlandesa, ella vestia un vestido diseñado por Sarah Burton, que escalofriamente mostraba un enorme parecido con el de a la que algunos en España designan como la princesa del pueblo, Belen Esteban, esperemos que solo sea el vestido en lo que se parezcan.

Y como no, no podía faltar el gran ¡beso! Los recién casados han salido al balcón de Buckhingham con el resto de la familia real y han exhibido el momento más tierno: el del beso ante la muchedumbre. Mejor dicho, los besos, porque el primero no ha convencido a los que esperaban una estampa más de cuento, y la pareja les ha deleitado al fin con una segunda 'toma' mucho más romántica.




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